La idea es aprovechar para irse ahí arriba, a las hoces del Ebro y conocer, por fin, Orbaneja del Castillo, y merodear por el Páramo de Masa.
Tanto los primeros 40 kms desde Madrid, capital del Reino, hasta el desvío de El Vellón, y lo mismo al revés, son los peores kms, por esos días de polvo sahariano que tuvimos.¡¡ La Virgen!!
El temido tramo de autovía se convierte, para mi sorpresa, en un tranquilo rodar, adelantando camiones, disfrutando del campo, de la cosecha con cosechadoras y ayuda de los pedazo tractores y remolques de hoy día, y del rodar tranquilo con el run run del bicilíndrico; Aprovecho para meter un un inciso sobre la forma de ver el trail cada uno, y es que para mi, coger la moto ahora, con sus 214 kg llena, y que sus dos cilindros me empujen por carretera suavemente con cierta protección aerodinámica y mantener los 110/130 km/h dejando pasar las horas, es un placer. Necesito carenado, mejor bicilíndrico, buen sofa, capacidad de carga y algo que rompa el viento. ¡Qué moto más completa!
Al atardecer llegaba a Burgos. El camping muy a mano y señalizado. Amenazaba tormenta, por lo que me quita la idea de pasear por Burgos frente a la Catedral. Preparar las cosas, merodear, ducharme, cenar, y dormir bajo la luz de una farola del camping, torpeza infinita mía, pero, que finalmente no me produjo mucho problema. Lo que realmente fue problema un ruido de fondo que rodea al camping de una fabrica cercana. ¡La madre que le parió! Pero el camping Fuentes Blancas en sencillo, no le falta nada, y se encuentra super limpio. Para una noche o dos, bien. Mucho carril bici, y cerca de la Catedral
Al día siguiente carretera de ida y vuelta, de las que gustan. El Páramo, lo es. Alto, no demasiado, pero una de las zonas más frías de España, y con lagunas que ayudaban a quienes llevaban el pescado desde el Cantábrico hacia el interior (Castilla La Vieja) cerca de las que existían Ventas, luego convertidas en corrales, y desde ahí, alcanzaban ya Las Merindades.



En realidad, esto que cuento fue a la vuelta, pues a la ida mi meta preferente era Orbaneja, ya que con lo que ha llovido tenía que encontrar su cascada viva. Y así fue. Largo paseo por el pueblo, bien arreglado, con vida, y un buen sube y baja. No me metí en la cueva porque la hora de la visita me cortaba el plan, y disfrute de verdad del pueblo, de la cascada y de subir y bajar por la larga escalera. Visita recomendable para quien no lo conozca.
Más tarde, con ganas de baño, me acercaba a otra cascada que indicó un anciano, así como el camino por el que ir en vez de por la carretera, y tras cinco km, encontré agua gélida que o me invito al baño, y tan solo a refrescarme la cara, disfrutar unos minutos del lugar, y a continuar ruta.

¡Ah! Me encantó la Iglesia de Masa
¡Cómo me gusta viajar en moto!
Os dejo también video de la salida.
https://vimeo.com/284952205